La meditación es un proceso que se debe llevar a cabo bajo ciertas reglas como estar en un lugar tranquilo, relajado, poner la mente en blanco, controlar la respiración, armonizar con música, entre otras cosas. Todos los elementos anteriormente mencionados fungen un papel importante dentro de ésta práctica, sin embargo el más importante de todos es la respiración.
Mediante la respiración el practicante puede ser capaz de intensificar la meditación, sobre todo porque requiere de una mayor concentración. En este sentido existe una derivación que consiste en realizar nueve respiraciones, las cuales permiten que te conectes con los estados internos y te empoderes con ellos.
Pues bien, esta técnica te ayudará a purificar cuerpo, mente y alma de una manera más profunda a través de la relajación extrema. Justo en esa relajación es cuando la respiración entra en acción, pues durante y después del ejercicio el organismo comienza a trabajar de manera positiva.
Es así como también se le conoce bajo el nombre de las nueve respiraciones de purificación. Y aunque la mayoría de las veces se trabaja en conjunto con el yoga tibetano, no existe una regla que estipule que así debe ser siempre, lo único que sí debes tomar en cuenta es realizarlo en una postura cómoda y que facilite la relajación, de ahí en fuera lo demás es totalmente libre.
Además, cada ciclo (tres en total) se encarga de trabajar algo en específico, en el caso del primero trabajarás todo lo negativo o aquello que bloquea tu energía como el odio o enojo. Para la segunda etapa, sirve para limpiar el apego, es decir, aquellas emociones que te entristecen o provocan nostalgia. Finalmente te encuentras en la última fase, donde purificarás la ignorancia y sacarás aquellos sentimientos de duda, inseguridad o falta de confianza.
Una vez que hayas elegido la postura, debes comenzar inhalando, lentamente, por una fosa nasal (izquierda) y exhalar por la otra (derecha). Este proceso debes repetirlo seis veces e intercambiar, es decir, si comenzaste inhalando por la fosa izquierda en la segunda respiración debes inhalar por la derecha y así consecutivamente.
Para finalizar, inhala y exhala por ambas fosas durante tres ocasiones. Recuerda que antes de activarte debes tomarte unos minutos para que tu cuerpo deje el estado meditativo.
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