Sin embargo, a veces a pesar de ello, y otras GRACIAS a ello, año tras año podemos ir gestando la perla gozosa y sufrida del autoconocimiento. PROPIA. Tal vez lo único realmente propio que uno pueda llevarse de este mundo.
Y un día sucede...
Sucede que uno acepta a ése que uno es.
Ése que no es exactamente el que otros esperaban que fuera. Inclusive es posible que ni siquiera sea el que nosotros mismos esperábamos llegar a ser. Sin embargo, es el que es (y tal vez sea más que bastante!).
Al renunciar a las expectativas erradas sobre quienes somos, podemos comenzar, más descansadamente, a descubrir el que ni imaginamos que podríamos ser.
¡Qué alivio produce el poder dar de baja tantas expectativas, y no tener que ser de determinada manera para ningún público!
Y también qué ahorro de energía implica el dejar de molestarse a sí mismo por no ser el que uno no es.
Y partir de esa madurez ,
la vida ya no depende más de lo que otros opinen...".
(VIRGINIA GAWELL)
No hay comentarios:
Publicar un comentario