Sustancias necesarias para los procesos metabólicos de nuestro organismo, las vitaminas deben estar incluidas en una dieta variada y equilibrada, puesto que el cuerpo no puede producirlas por sí mismas.
Tipos de vitaminas
Las vitaminas están divididas en dos grupos dependiendo de cómo son absorbidas por el organismo.
Existen las vitaminas liposolubles y las hidrosolubles, además de poder ser de origen vegetal o animal.
Las liposolubles son las vitaminas solubles en aceites y grasas y se encuentran normalmente en alimentos que son más grasas. Éstas se acumulan en los tejidos adiposos del cuerpo y en el hígado. Son la vitamina A, D, E y K.
Las hidrosolubles por su parte son las que son solubles en agua, y es más díficil de consumir ya que al cocer o lavar el alimento, desaparece en gran medida. Estas vitaminas son la C, B1, B2, B3, B4, B5, B6, B8, B9 y B12.
Vitaminas que necesita el organismo
La vitamina A se encuentra principalmente en verduras de color amarillo y verde como el brócoli, los pimientos y las espinacas, así como en ciertas frutas como la naranja o el melón. Es necesaria para el sistema inmune, para los ojos, para las mucosas y para la piel. Además el cabello y los dientes tendrán un mejor aspecto y lo huesos estarán más fuertes.
El grupo de vitamina B, en el que destaca la vitamina B1, es esencial para mantener la energía del cuerpo alta, además del sistema nervioso.
Se encuentra en el salmón y en la carne de cerdo. Las vitamina B6 y B12 ayudan en las funciones del cerebro y en la producción de los glóbulos rojos y se encuentran en los frutos secos.
Puede que la vitamina C sea la más conocida por todo el mundo y se encuentra en los cítricos, aunque también en alimentos como las fresas, el pimentón, el brócoli o las coles de bruselas.
Esta vitamina refuerza los huesos, fortalece el sistema inmunológico y mejora el estado de los dientes y de la piel.
La vitamina D se activa cuando la piel absorbe los rayos del sol. Con ella el cuerpo se encuentra protegido de enfermedades como el raquitismo. También contribuye a la absorción de minerales como el calcio. Se consigue en algunos pescados como por ejemplo el atún.
La vitamina E se consigue de los vegetales de hoja verde y su función es la de proteger de manera activa la utilidad de las vitamina A y C. Ayuda también en la reparación del daño de las células así como en la producción de los glóbulos rojos.
La vitamina K se consigue consumiendo verduras, especialmente las acelgas y con ella se consigue una sangre mucho más san y libre de desechos, al actuar como un coagulante sanguíneo.
No olvides incluir todos estos alimentos en tu dieta para que no tengas carencias de ningún tipo de vitamina y verás como te sientes mucho mejor en tu día a día, con mucha más energía, más ligera y más sana.
Tipos de vitaminas
Las vitaminas están divididas en dos grupos dependiendo de cómo son absorbidas por el organismo.
Existen las vitaminas liposolubles y las hidrosolubles, además de poder ser de origen vegetal o animal.
Las liposolubles son las vitaminas solubles en aceites y grasas y se encuentran normalmente en alimentos que son más grasas. Éstas se acumulan en los tejidos adiposos del cuerpo y en el hígado. Son la vitamina A, D, E y K.
Las hidrosolubles por su parte son las que son solubles en agua, y es más díficil de consumir ya que al cocer o lavar el alimento, desaparece en gran medida. Estas vitaminas son la C, B1, B2, B3, B4, B5, B6, B8, B9 y B12.
Vitaminas que necesita el organismo
La vitamina A se encuentra principalmente en verduras de color amarillo y verde como el brócoli, los pimientos y las espinacas, así como en ciertas frutas como la naranja o el melón. Es necesaria para el sistema inmune, para los ojos, para las mucosas y para la piel. Además el cabello y los dientes tendrán un mejor aspecto y lo huesos estarán más fuertes.
El grupo de vitamina B, en el que destaca la vitamina B1, es esencial para mantener la energía del cuerpo alta, además del sistema nervioso.
Se encuentra en el salmón y en la carne de cerdo. Las vitamina B6 y B12 ayudan en las funciones del cerebro y en la producción de los glóbulos rojos y se encuentran en los frutos secos.
Puede que la vitamina C sea la más conocida por todo el mundo y se encuentra en los cítricos, aunque también en alimentos como las fresas, el pimentón, el brócoli o las coles de bruselas.
Esta vitamina refuerza los huesos, fortalece el sistema inmunológico y mejora el estado de los dientes y de la piel.
La vitamina D se activa cuando la piel absorbe los rayos del sol. Con ella el cuerpo se encuentra protegido de enfermedades como el raquitismo. También contribuye a la absorción de minerales como el calcio. Se consigue en algunos pescados como por ejemplo el atún.
La vitamina E se consigue de los vegetales de hoja verde y su función es la de proteger de manera activa la utilidad de las vitamina A y C. Ayuda también en la reparación del daño de las células así como en la producción de los glóbulos rojos.
La vitamina K se consigue consumiendo verduras, especialmente las acelgas y con ella se consigue una sangre mucho más san y libre de desechos, al actuar como un coagulante sanguíneo.
No olvides incluir todos estos alimentos en tu dieta para que no tengas carencias de ningún tipo de vitamina y verás como te sientes mucho mejor en tu día a día, con mucha más energía, más ligera y más sana.
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