Llamador de Ángeles

El llamador de ángeles es un amuleto a través del cual podemos comunicarnos con nuestro ángel de la guarda y obtener un equilibrio espiritual.
Quizá alguna vez has escuchado hablar acerca de un llamador de ángeles, mejor conocido como bola de armonía o musical, el cual es una esfera de plata lisa u ornamentada que en su interior contiene pequeñas piedras semipreciosas o un cascabel, que generan un sonido muy sutil y armonioso con el movimiento.
La función de este accesorio es atraer y avisar a nuestro Ángel de la guarda que necesitamos de su presencia, a través del sonido que se emite y que es parecido al de las campanas.
Las primeras manifestaciones de estos llamadores se remontan a la época medieval, sin embargo, para los balineses (Bali, isla situada en Indonesia) la música es considerada como algo sagrado y es denominada gamelán (agrupación musical tradicional de Indonesia), pues para ellos esta combinación de instrumentos es una conexión con las personas, a través de la cual se producen efectos inmediatos como: relajación, equilibrio mental, espiritual, y eliminación del estrés.

Así que es muy posible que debido a estas antiguas creencias y tradiciones se diera origen al llamador de ángeles, un instrumento cuyos efectos aportan la meditación necesaria para alcanzar el equilibrio perfecto.
Actualmente estos amuletos están presentes en diversas culturas, en la India es un regalo casi obligado para las mujeres embarazadas, pues se cree que al ser colgado a la altura del ombligo protege al bebé de cualquier energía negativa, en China es utilizado en el Feng Sui para limpiar y armonizar el ambiente, y en México este llamador se ha utilizado desde la existencia de los mejicas, los cuales creían que la bola significaba suerte, salud, crecimiento y protección para la futura madre y su bebé.
Este amuleto esotérico nos puede brindar el equilibrio, protección, bienestar, armonía, estabilidad emocional y salud que necesitamos y deseamos a través de nuestro ángel, pero es muy importante que tomemos en cuenta que es recomendable que nadie más lo toque, pues no debemos contaminarlo con otras energías.