Apoyo mi cabeza en tu pecho
cuento tus latidos
tus secretos
nuestras heridas
acaricio los silencios
esos que a tu lado
tanto abrigan
me convierto en una roca
cubierta de arena y sal
esperando que las olas traigan
nuevas brisas
y horizontes
y miles de nuevas estrellas
para iluminar mi noche
no sé escribir sobre ti
ni sobre esos momentos
en los que no soy nada,
ni siquiera lo pretendo,
sé bien que sólo soy
un soplo de arena y sal
que resbala por tu cuerpo
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