Las brevas y los higos son las infrutescencias de la higuera, árbol que pertenece a la familia de las Moráceas. Esta familia consta de más de 1.500 especies de árboles y arbustos que producen látex.
La breva es el primer fruto que anualmente da la higuera, siendo el higo el fruto de la segunda cosecha del mismo árbol. Son tan deliciosos que hasta poetas y filósofos han difundido sus virtudes.
Propiedades de la breva
Propiedades nutritivas
Poseen gran cantidad de agua y son ricos en hidratos de carbono (sacarosa, glucosa, fructosa), por lo que su valor calórico es elevado.
Destaca su riqueza en fibra; que mejora el tránsito intestinal, ácidos orgánicos y minerales como el potasio, el magnesio y el calcio, este último de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral. En cuanto a otros nutrientes, contienen una cantidad moderada de provitamina A, de acción antioxidante.
Este nutriente se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita.
Dicha vitamina es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, además de tener propiedades antioxidantes.
El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
Propiedades para la salud
Los higos y las brevas son muy ricos en hidratos de carbono, que el organismo transforma en glucosa. Por ello, los higos y las brevas son frutas recomendables para todas aquellas personas en general, y en particular, para quienes necesiten un aporte extra de energía; embarazadas, lactantes, niños en época de crecimiento y adolescentes y para personas con un desgaste físico o intelectual importante. Teniendo en cuenta la cantidad de glucosa que aporta, es muy interesante su consumo en personas que realizan actividades deportivas intensas, sobre todo en épocas de entrenamiento o en la alimentación postcompetición, para reponer los depósitos de glucógeno que han sido agotados. En el momento de la precompetición no están indicados debido a su contenido en fibra, que podría provocar molestias intestinales, al retrasar la digestión o acelerar el reflejo de la defecación.
Los higos se digieren muy bien y actúan como emolientes (suavizantes) de las mucosas del tracto gastrointestinal.
Es la fibra uno de sus componentes principales, razón por la cual son consideradas frutas laxantes. La fibra tiene la capacidad de fijar sustancias (ácidos biliares, colesterol...), de modo que disminuye o retrasa su absorción. Esta propiedad es particularmente interesante para las personas con colesterol elevado, ya que se forman geles viscosos entre la fibra soluble y el colesterol que es excretado en parte junto con las heces. La fibra soluble retiene agua, por lo que aumenta el volumen de las heces haciéndolas más fluidas y la fibra insoluble aumenta la velocidad de tránsito intestinal y con ello la evacuación de las heces. Este hecho hace de los higos y las brevas una buena herramienta para poder combatir el estreñimiento y la atonía intestinal. Además, la fibra realiza una función de protección frente al cáncer de colon, ya que impide o disminuye el tiempo de contacto de sustancias cancerígenas con la mucosa del intestino grueso.
Antioxidantes
Se ha constatado recientemente que los higos y las brevas verdes presentan actividad antioxidante, si bien en comparación con otras frutas no es de las más relevantes.
Las sustancias antioxidantes (provitamina A de estas frutas) neutralizan la acción dañina de los radicales libres por lo que contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer.
Por su composición, son alimentos especialmente indicados en caso de estreñimiento (ricos en fibra), en dietas para adelgazar (por su efecto saciante), cuando se realizan actividades físicas intensas (para suplir la demanda extra de energía) y para personas con diabetes; eso sí, teniendo en cuenta el contenido calórico y de azúcares.
Por su elevado contenido en potasio y bajo en sodio, resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón. Sin embargo, su abundancia de dicho mineral, deberá tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en potasio. No obstante, a quienes toman diuréticos que eliminan potasio y a las personas con bulimia, debido a los episodios de vómitos autoinducidos que provocan grandes pérdidas de este mineral, les conviene el consumo de estas frutas.
Origen y variedades
El higo es un fruto que ha formado parte de la dieta habitual de diferentes culturas desde tiempos muy remotos. En Egipto, concretamente en la pirámide de Gizeh (año 4.000- 5.000 a.C.) se han encontrado dibujos representativos de su recolección.
En el libro del Éxodo forman parte de los frutos que los exploradores de Canaán presentaron a Moisés. Siempre fueron un alimento esencial para los griegos: las higueras se consagraban a Dionisios, el dios de la renovación. Cuando se fundaba una ciudad, se plantaba una higuera entre el ágora y el foro para señalar el lugar donde se reunirían los ancianos. Fue el manjar predilecto de Platón, de hecho se le conoce como la "fruta de los filósofos". Galeno recomendaba su consumo a los atletas que participaban en los Juegos olímpicos.
La higuera es originaria del Mediterráneo y sus frutos han sido muy apreciados por las diferentes culturas que se han asentado en las orillas de este mar a lo largo de los años. Los principales países productores son: España, Italia, Grecia, Turquía, Israel, Francia, Estados Unidos y Brasil. Dentro del territorio español destaca su cultivo en Huesca (Fraga), Lérida, Ávila y Cáceres (Sierra de Gredos), Murcia y Alicante.
Estos frutos se pueden clasificar en tres grupos dependiendo del color de su piel.
Las variedades blancas, de color blanquecino, amarillento o verde cuando están maduros; las coloreadas, incluyen los frutos de color azulado más o menos claro; y las variedades negras, de color rojo oscuro o negro.
En cuanto a las brevas, las especies más cultivadas en el sureste de España son la Colar y la Goina. La Colar, también denominada por los agricultores Negra y Florancha, es la más estimada por su calidad. Las brevas colares son de mayor tamaño que las otras, de color más negro, de forma más redonda y con facilidad de rayado o agrietamiento de los frutos, característica comercial apreciada por el consumidor dada la vistosidad de la fruta.
Las Goinas son de sabor parecido pero de menor tamaño y peso. Además, se caen al madurar por lo que su cultivo actualmente está en declive. Las brevas comercializadas en el mercado español proceden de las cosechas del propio país, de Elche (Alicante), Castellón y Extremadura.
Cómo elegirlas y conservarlas
Las brevas se pueden encontrar en el mercado español entre los meses de junio y julio.
A diferencia de otras frutas, las arrugas y aberturas que presenta la piel de los higos y brevas, revelan el momento ideal de consumo del alimento porque son una evidencia de que el fruto ha llegado a su punto de sazón.
Deben tener un color agradable, buena consistencia, textura relativamente suave y cuando están maduros, ceden a la leve presión con los dedos.
Las frutas duras, marchitas, resquebrajadas con olor amargo o los lados achatados se deben desechar.
Estos frutos son una mercancía sumamente delicada y perecedera que, incluso guardados en el frigorífico, se conservan tan sólo unos 3 días, lo que dificulta su comercialización.
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