Se celebra como conmemoración de un episodio histórico ligado al cristianismo. A los pocos días de nacer el Niño Jesús, el rey Herodes ordenó que los buscasen para matarlo. Según se cuenta en el evangelio de San Mateo, los Reyes magos se dirigieron a Belén a adorar al Mesías.
El rey Herodes al conocer la noticia pensó que l recién nacido podía arrebatarle el trono y pidió a los Reyes que le informasen dónde se encontraba, pero no lo hicieron, y ante esta situación Herodes decidió la manera más rápida y eficaz (pensó él) de eliminarlo: ordenando matar a todos los niños menores de dos años que había en la ciudad de Belén y en los alrededores.
Como podeís ver, hay un poco de incoherencia con las fechas porque los reyes magos llegaron a Belén la noche del 5 de enero. En el siglo IV se estableció una fiesta para venerar a estos niños, muertos como mártires, en sustitución de Jesús, por eso son inocentes, santos inocentes.
Con el tiempo la tradición ha ido evolucionando, durante la Edad Media se introdujeron en esta celebración los ritos paganos (no religiosos) que formaban parte de la “Fiesta de los locos” y que se celebrar entre Navidad y Año Nuevo.
En España se celebra el 28 de diciembre, en otros países latinos el 29 de diciembre y en los países anglosajones celebran una fiesta similar el 1 de abril, el llamado “Fool’s day” (el día de los locos). La broma socialmente más popularizada en España el Día de los Santos Inocentes consiste en colocar un monigote blanco en la espalda. También es tradicional la gala de televisión en la que distintas personas del cine y la televisión son objeto de bromas (llamadas inocentadas) mientras se intenta recaudar dinero con algún fin benéfico.
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