domingo

Silencio Interior

Sólo el hombre sabio, sólo aquel cuyos pensamientos son controlados y unificados, puede conseguir que le obedezcan los vientos y las tempestades del espíritu”, eso decía James Allen, filósofo británico.
Qué es la sabiduría podría dar lugar a muchas reflexiones, pero conseguir que el pensamiento esté controlado y unificado depende de la atención que le prestemos. Vivimos en una vorágine de estrés y obligaciones. Decimos que no tenemos tiempo o que pasa muy deprisa y no encontramos el momento de escuchar nuestra voz interior. ¿Y si nos dice que vamos por mal camino?


Cómo escucharte 
 • No te resistas. Si no nos paramos a reflexionar es porque tememos hacer cambios o tomar decisiones incómodas.
Pero para avanzar es imprescindible detenerse y mirar hacia dentro, para identificar lo viejo e inservible y dejarlo ir, haciendo espacio a lo nuevo.
Busca tu forma de conectar contigo misma: un spa, dar una caminata, quedarte sola, hacer yoga, leer un libro sobre crecimiento personal...
 • Aceptación. Las cosas no cambian si ignoramos lo que nos hace desgraciados. Muchas veces, no sabemos cómo nos sentimos ni hasta qué punto las tensiones se convierten en pensamientos limitadores.
Una parte fundamental de la escucha interna es aceptar nuestros sentimientos, incluso los más vergonzosos: culpa, inferioridad, envidia...
• Borrón y cuenta nueva. Si estás dispuesta/o a tener una vida más satisfactoria, acepta que las circunstancias que te rodean son el resultado de tus creencias y acciones pasadas.
Sólo desde el presente puedes atraer lo que quieres y deshacerte de lo que no te sirve. Esto implica aceptar la responsabilidad sobre tu vida y dejar de culpar a otros, a las circunstancias o a la suerte.
• Por escrito. La escritura es una herramienta maravillosa para aflorar sentimientos. Escribe sobre tus miedos o sobre ese sueño que no has hecho realidad. Y cuando ajustes cuentas con el pasado, escribe tus propósitos y reléelos a menudo.
Luego, visualiza tus objetivos como si ya los hubieras logrado.
• Siéntete bien. Cuando te sientes bien, atraes más cosas que te hacen sentirte mejor. Y al revés.
Si estás desanimada, de mal humor o deprimida/o, acepta que es un estado de ánimo pasajero y elige si te instalas en esa vibración, atrayendo más de lo mismo, o haces algo para sentirte mejor

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