Un día, descubrirás que tener más o menos granos no te hace peor persona.
Te darás cuenta que “guapa” es un adjetivo que os impone la sociedad a las mujeres para ser como ellos quieren.
Cogerás ese adjetivo, lo arrugarás bien fuerte y lo tirarás por el retrete. Porque hay otros, como ‘consciente’, ‘preocupada’, ‘solidaria’, ‘madura’ o ‘trabajadora’, que son mucho más bonitos.
Dejarás atrás a muchos de los amigos que te decían lo que podías mejorar de tu cuerpo y te juntarás con gente a la que no le importa un carajo los pantalones que te pones para salir un sábado por la noche.
Te maquillarás, o no lo harás, pero no te sentirás mejor mujer por ello.
Te sentirás mejor contigo misma, cuando hagas ver a una amiga que su novio no tiene porque mandarle quinientos sms una noche para ver con quien va.
Te sentirás una buena mujer cuando defiendas en voz alta a la chica que se dedicó a llamarte fea cuando tenía 13 años porque te darás cuenta que ellas son las principales víctimas.
Hablando de chicos, pasarás mucho tiempo pensando que tu vida cambiará cuando llegue tu ‘príncipe azul’. Hasta que un día te canses de esperarlo, te arranques el vestido de princesa, te pongas unos vaqueros y montes tu sola en tu caballo.
Conocerás a alguien que vaya a tu lado en tu viaje. Pero él estará en su caballo, jamás intentará imponerte su ritmo y sonreirá cuando te vea adelantarle y volar libre. Y descubrirás porque la palabra ‘compañero’ es mucho más bonita que aquel ‘novio’ que enviaba quinientos sms a tu amiga un viernes noche.
Te dará igual llevar gafas, tener una sonrisa perfecta o que te llamen guapa.
Querida hija, me gustaría que no tuvieras que pasar por lo que te espera para darte cuenta de que lo eres.
Me gustaría evitarte los desencuentros amorosos, el miedo volviendo a casa de madrugada, los piropos callejeros, las miles de veces que te van a llamar exagerada, las dudas que te entren defendiendo algo que solo tú comprendes.
Me encantaría que de tu boca nunca saliera “puta” como insulto.
Algún día cerrarás la boca a todos los que intenten dar por hecho que hay cosas que solo puede hacer una mujer.
Confío en ti y en un futuro, serás tú la que esté escribiendo este artículo y nadie, escúchame, nadie será capaz de imponerte su verdad.
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