miércoles

El Libro de la Semana...

EL LADRÓN DE ALMAS
Charles Baxter
Sinopsis: El ladrón de almas comienza en Buffalo, en la década de 1970, donde Nathaniel Mason es un estudiante de postgrado.
Es la época de los hippies, de los intelectuales, de ir descalzo por la calles y de hacer lo que cada uno cree oportuno.
Su círculo social gira en torno a tres personas.
Theresa es una chica con la que entabla una extraña relación sentimental, Jamie es una lesbiana por quien Nathaniel siente un amor romántico y con quien convivirá, y Jerome Coolberg es un genio iluminado con un gran futuro y un magnetismo subyugante.
Sin saber por que Jerome empieza a asimilar el pasado de Nathaniel como suyo propio a la vez que los robos se suceden en el piso de Nathaniel, quien sospecha que es Jerome el responsable de intentar quitarle su vida y su identidad. Y esta pérdida de sentido de sí mismo le trastorna tanto que le deja fuera de combate psiquiátricamente durante una temporada.
Treinta años después Nathaniel tiene su vida familiar propia y sus recuerdos de aquella época son ahora brumosos, hasta que un día Jerome le llama de nuevo para hablar con él.
A partir de ahí la inestabilidad vuelve a aparecer hasta el grado que de nuevo Nathaniel no tendrá muy claro quién es en realidad.
La primera parte setentera está sumamente bien conseguida y ambientada, creemos estar leyendo algún libro de Doctorow o Ann Beattie, revivimos aquel tiempo en alta definición con aportes notables sobre los nuevos conceptos de amor, amistad, compañerismo, familia, solidaridad. Son esos conceptos desarrollados por los personajes los que sostienen la novela, gracias a que la lejanía aséptica en el tiempo nos permite disfrutar sin sentimentalismos de sus actos, pasiones y miserias.
La segunda parte cambia el registro. Estamos ante una novela actual, contemporánea, con un Nathaniel protagonista que ahora sí tiene mucho que perder y poco por ganar y que, no obstante arriesga para desenganchar ese vagón atrancado de su pasado. Bien compuesta pero totalmente diferente de la anterior.
Desde aquí todo se entremezcla y ambos registros conviven en breves capítulos creando la misma sensación de confusión en el lector que la que sufre Nathaniel, hasta que la tercera parte sirve de epílogo que sigue sin resolver nada ya que nos abre una caja de espejos donde nuestra brújula lectora se vuelve loca.
Por su contenido es una alegoría que debería tener un formato de cuento pero que el autor ha sabido extender sin menoscabar el interés a unos límites razonables, incluso cortos que no deja de maravillar por sus contradicciones bien calibradas.
Al igual que otras novelas de Baxter, el texto está lleno de detalles interesantes, dibuja soberbiamente cada escena y cada conversación como si realmente las hubiera vivido.
Cada página nos acerca más a los personajes y a su forma de ver y sentir las cosas. Incluso las situaciones que parecen triviales al principio, tienen su peso en la resolución ya que al final el autor las desnaturaliza completamente.
Pero lo que hace este libro más interesante es que ninguno de estos misterios queda resuelto. Incluso la pregunta del por qué el libro se titula así plantea sus dudas. En última instancia, las cuestiones que surgen tendrá que resolverlas el lector.
Preguntas acerca de nosotros mismos; ¿quiénes somos? y ¿qué es lo que nos hace ser así?
Una buena opción para lectores reflexivos e introspectivos pero que a la vez buscan una buena historia y un regusto tras cerrar el libro.
Quien es Charles Baxter: nació en Minneapolis. Se graduó en el Macalester College de Saint Paul.
En 1974 consiguió su título de Doctor of Philosophy por la Universidad de Búfalo. Su tesis trataba sobre Djuna Barnes, Malcolm Lowry y Nathanael West. Inició su carrera académica en la Universidad Estatal Wayne de Detroit. Posteriormente, se transfirió a la Universidad de Michigan, en la que durante muchos años dirigió el programa de escritura creativa MFA (Creative Writing MFA). Su novela El festín del amor se adaptó al cine con el título El juego del amor en 2007.
Fue dirigida por Robert Benton y protagonizada por Morgan Freeman, Fred Ward y Greg Kinnear. El estreno de la película tuvo lugar el 27 de septiembre de 2007.

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