Muchas noches no podemos evitar despertarnos en medio de un sentimiento de angustia, miedo e impotencia por alguna pesadilla o algún sueño desagradable. Y los desastres naturales entran dentro de ese grupo de sueños que nos cuesta asimilar.
Lo mismo ocurre con los fenómenos naturales, que están tan fuera de nuestro alcance que nos resultan del todo incomprensibles y nos dejan un regusto de inquietud. Como ocurre con todos los sueños con desgracias, soñar con desastres y fenómenos naturales no es agradable, pero no siempre tienen un significado negativo.
Soñar con desastres
Lo cierto es que soñar con desastres como terremotos, tsunamis o inundaciones es bastante frecuente y suponen un recordatorio de nuestra propia fragilidad. Porque nadie está preparado para hacer frente a una situación así, por mucho que hayamos visto en el cine cómo siempre hay un héroe salvador en estas circunstancias desesperadas.
Pero en la vida real nadie nos garantiza que vaya a aparecer el protagonista de la película a rescatarnos de un incendio o a ponernos a salvo ante la llegada de un huracán. Y eso es algo que nuestro subconsciente sabe y quiere ponernos a prueba algunas noches colocándonos en medio de una guerra para comprobar cómo hacemos frente a las adversidades oníricas.
Probar nuestra capacidad de resistencia y supervivencia en sueños es una buena forma de reflexionar acerca de nuestra propia personalidad, de cómo nos comportamos en la vida y de evaluar nuestro estado de ánimo. Al soñar con una enfermedad, por ejemplo, podemos aprender bastante de cómo afrontamos las dificultades, y no tenemos que tómalo siempre como un mal augurio.
Soñar con fenómenos naturales
A veces, estos sueños con desastres se centran en las grandes desgracias de la humanidad como son las guerras, las enfermedades o el hambre, aspectos que, si bien en ocasiones no quedan bastante lejos, acaban tocando nuestra sensibilidad y nos recuerdan la brutal desigualdad que existe en los diferentes lugares del mundo.
Otras veces, soñamos con fenómenos naturales que nos inspiran cierta inquietud como la nieve, las tormentas o las lluvias torrenciales. Estos fenómenos naturales, junto con otros más potentes como los huracanes o los maremotos nos recuerdan la fragilidad del ser humano frente a la naturaleza, tal vez en un intento por recordarnos que a veces es mejor dejar de preocuparnos por lo que no podemos controlar.
En cualquier caso, estos sueños con desgracias y fenómenos naturales van a dejarnos un sabor amargo al despertar y pueden ser motivo de preocupación durante el día. Efectivamente, su interpretación no suele ser positiva, pero ya sabemos que siempre podemos encontrar un aprendizaje en el significado de nuestros sueños.
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