También se conoce como ojo azul o nazar boncuk es un amuleto muy presente en Turquía, Grecia y otros países mediterráneos, donde es fácil encontrarlo tanto como elemento decorativo cotidiano, como en forma de souvenir destinado a turistas.
Según la creencia turca, los sentimientos humanos, ya sean buenos o malos, se expresan y transmiten a través de los ojos.
De este modo, una simple mirada cargada de maldad es capaz de hacer daño físico o espiritual a otra persona. El ojo azul es precisamente un modo de protección contra una mirada maligna o mal de ojo.
Aunque se desconoce el origen exacto del ojo turco se cree que está relacionado con la llegada a esta zona de inmigrantes procedentes del norte de Europa. Los ojos azules de los nórdicos generaron miedos en Turquía y alrededores, desembocando en la creación de estos pequeños ojos de cristal.
En un principio, los ojos turcos eran de color azul para que pudiesen proteger a su poseedor de la mirada de personas nórdicas, pero también por el simbolismo cromático del color azul, vinculado al cielo y a la luz. Hoy en día se encuentra en todos los colores, formas y materiales formas imaginables.
Pulseras, colgantes, llaveros e infinidad de objetos inundan puestos y tiendas como reclamo de buena suerte para residentes y turistas. Analizando este amuleto desde un punto de vista paracientífico llegamos a la conclusión que su tradición, que enseña que la mirada es capaz literalmente de maldecir a una persona, animal u objeto es completamente cierta. En efecto, los ojos tienen la capacidad de transmitir nuestra fuerza psíquica hacia una dirección en concreto. El ojo turco vino a romper con ello procurando una distracción rápida de la persona que intentaba concentrarse en nosotros al verlo y rompiendo así su concentración y fuerza de una forma sencilla y eficaz.
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