jueves
Higos-Brevas
El higo y la breva son frutos muy dulces y jugosos de gran aceptación. Cuando maduran en el árbol pierden la clorofila y se recogen para terminar de secarse al abrigo del sol y se denominan entonces higos secos.
Con los higos secos se hacen infinidad de postres y mermeladas que son muy apreciadas en algunas recetas culinarias. Mezclados con almendra se prepara el famoso pan de higo.
Por su gran cantidad de carbohidratos es recomendable a deportistas y en estados de grandes esfuerzos físicos, e incluso mentales por su importate aportación de fósforo. Los higos han sido una alimentación tradicional en las Islas baleares especialmente Ibiza. Para el secado de los higos se extienden sobre cañizos al sol.
Especie originaria de Asia Menor. Árbol mediano pero muy ramificado adquiriendo gran envergadura de copa. Las raíces son superficiales y muy extensas. Las hojas son caducas, grandes, consistentes, ásperas, lobuladas y un poco acorazonadas en la base.
Las flores son unisexuales, es decir, femeninas y masculinas, sin embargo, las variedades cultivadas sólo tienen flores femeninas y flores híbridas que funcionan como macho y como hembra, no existiendo entonces problemas de polinización.
Éste árbol da dos tipos de frutos. El higo que madura al final del verano y si no le ha dado tiempo a madurar lo hará a la primavera siguiente y sus frutos se denominarán brevas.
Propiedades curativas: Con el látex que segrega la higuera al arrancar una hoja se curan fácilmente las verrugas, procedimiento que ya era utilizado por los romanos hace 20 siglos.
Por su gran contenido en fibra favorece el tránsito intestinal y por su aportación en hierro es recomendable para estados anémicos. Asimismo, por su riqueza en calcio, previene la osteoporosis. Por su alto contenido en azúcares no es recomendable a personas obesas o diabéticas.
Historia: Los higos tienen un papel fundamental dentro de la mitología clásica. La higuera, que estaba considerada como un árbol sagrado entre los romanos, era especialmente dedicada al Dios Bacus. Se ofrecían los higos como ofrenda a los que visitaban una casa y en multitud de escritos de la época clásica se hacen referencia a esta fruta.
Una higuera era el árbol donde reposaba la loba que amamantaba a Rómulo y Remo, fundadores de Roma.
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