La castaña ("Castanea Sativa") es un alimento típico de los meses de otoño e
invierno, como la gran mayoría de los frutos secos.
Pero a diferencia de estos,
su aporte energético es inferior. Tiene menos grasa, un alto contenido en agua y
nutrientes reguladores, como el potasio y los folatos.
Por el contrario, la
cantidad de hidratos de carbono es mayor que en el resto de frutos, por lo que
conviene moderar su consumo en caso de diabetes.
Valor nutritivo
La variedad de castaña que se consume de forma habitual es la común o
europea, si bien destacan otros tres tipos: la china, la japonesa y la
americana. La composición de todas ellas es muy similar, tan sólo se diferencian
en la proporción de hidratos de carbono y en su dulzor, más intenso en la
variedad china. Las castañas son alimentos ricos en hidratos de carbono
complejos, una característica que se debe tener en cuenta en caso de diabetes.
Su cantidad de grasa es bastante similar a la de los cereales (alrededor del
3%) y, por tanto, muy inferior a la del resto de frutos secos (50%). Entre los
nutrientes reguladores que contiene, destacan el potasio (500 mg/100 g) y los
folatos. Estas propiedades, junto con un contenido en agua que supone casi la
mitad de su peso, convierten a la castaña en uno de los frutos secos de menor
contenido calórico. Por su moderado aporte energético, se puede consumir de
manera controlada en caso de sobrepeso y obesidad.
Diversidad y tipos
Aunque se pensaba que la castaña era originaria de Oriente y se introdujo en
Europa durante la época de los romanos, estudios actuales confirman que los
castaños ya se cultivaban en el continente en esos tiempos. Algunas referencias
de la literatura sitúan la castaña hacia el siglo V a.C. en Grecia, aunque no
fue hasta cinco siglos después cuando se extendió por Francia y España.
El castaño aguanta mejor en lugares frescos y abrigados de climas templados,
pero húmedos. El árbol crece de forma natural en el sur de Inglaterra, Mar
Caspio, Península Ibérica, Canarias, norte de Marruecos y Argelia. También se
pueden encontrar ejemplares de castaño en el norte de Alemania, Estados Unidos,
China y Japón.
Las castañas se pueden encontrar en el mercado desde principios de otoño hasta
finales de invierno. Al comprarlas, es importante tener en cuenta el estado de
la piel, que debe ser brillante. Para conservarlas en casa, se aconseja
guardarlas en un lugar fresco y seco. No hay que almacenarlas dentro de bolsas
de plástico ya que pueden enmohecerse.
Tanto crudas como asadas, se conservan en
el congelador durante unos seis meses.
Castañas asadas
La manera más recomendable de preparar las castañas es
asadas, por su mejor digestión, las castañas son muy recomendables para las
personas enfermas de riñón por su alto contenido en potasio.
¿Te apetecen unas
castañas?
Elaboración:
Haz un pequeño corte a cada castaña y colócalas en una bandeja apta para
horno. Con el horno precalentado, hornea a 200º durante 20-25 minutos. Sazona
por encima y sirve.
Al comprar las castañas es importante tener en cuenta el
estado de la piel, que debe ser brillante. Para conservarlas en casa, se
aconseja guardarlas en un lugar fresco y seco.
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