La tristeza y el llanto no se parecen en nada.
Vale la pena llorar de alegría y dejar que la tristeza ahogue sus penas en el olvido de la razón.
Pero mi llanto...ese lo dejo para cuando esté contenta.
Si es que hoy te hicieron daño o tus oídos escucharon golpes al corazón, convierte tu ira en fuerza y tu frustración en ganas.
Nadie tiene derecho de herirte.
Defiende hasta tu sombra con tu propia luz. convierte la pena en compasión y el miedo en seguridad.
Si es que hoy te hicieron daño, hazte a un lado del camino y dale paso a aquellos que quieren correr sin mirar.
Deja pasar a los que tienen prisa de ganar un espacio que ni siquiera conocen.
No hagas caso a la tentación de sentir rabia...eso alimenta al malo y tú...tú eres de los buenos. ;) me siento decidida.
Silvia Pérez Olmos
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