Tengo la sensación de que con la edad he aprendido a saborear las cosas, a dar valor a los pequeños momentos y a sentirme una privilegiada por el hecho de poder disfrutarlos.
Aprender a relativizar, adquirir sabiduría, ganar en conocimientos y concentrar nuestra energía en los proyectos que realmente llegan al corazón.
Cosas que antes se vivían con la ansiedad, la impulsividad y la inseguridad propias de la juventud pasan a verse de una forma más calmada, permitiendo realmente disfrutar más de ello. Nos sentimos más seguros debido a que hemos adquirido mayores conocimientos y una mayor experiencia, y esto nos da tranquilidad, además de permitirnos desenvolvernos disfrutando más cada instante.
Además de sentirme bien, soy más feliz y estoy más a gusto conmigo tanto físicamente como psicológicamente, sentimientos que se reflejan por dentro y por fuera.
El paso del tiempo no lo marcan los años, sino las grandes decisiones vitales.
Momentos de inflexión que nos abren el camino a nuevas etapas de nuestras vidas y nos hacen comprender que aceptar el paso de los años es atrevernos a explorar todo lo que nos queda por vivir.
Feliz Miércoles a tod@s;)))
Silvia Pérez Olmos
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