Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir solo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó. No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de "quien eres". No, suelta.
La vida va hacia adelante, nunca para atrás.
Porque si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.
¡Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo! Si no, déjalo ir, cierra capítulos.
Convéncete, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tú ya no encajas allí: en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, ya no eres la misma persona que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a qué volver.
Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo.
Ni serás la misma persona ni el entorno al que regreses será igual porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
Es salud mental, amor por ti mismo desprende lo que ya no está en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable.
Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, porque cuando llegaste a este mundo lo hiciste sin ese adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable.
Sólo es costumbre, apego, necesidad.
Así que, cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude y suelta.
Buen Jueves a tod@s;)
Silvia Pérez Olmos
No hay comentarios:
Publicar un comentario