El puenting proporciona una sensación única, la de lanzarse al vacío sin que nada, tan solo una cuerda, nos sujete al mundo.
Se trata sin duda de una actividad que nos acerca como ninguna otra a un aparente peligro, que sin embargo no es tal, pues, a pesar de lo que pueda parecer, es extraordinariamente segura.
El puenting permite vivir las máximas emociones dentro del ambiente urbano.
El puenting solo requiere un momento de decisión, el anterior al salto, lo demás es pura adrenalina.
No precisaremos de una buena forma física, tan solo no padecer ciertos problemas de salud que puedan verse afectados por la tensión del salto.
Orígenes
El puenting apareció en la década de los ochenta, cuenta por lo tanto con muy pocos años de existencia.
Sus orígenes no están muy claros.
Hay quien asegura que surgió como la adaptación actual de una costumbre milenaria que se práctica en la isla de Pentecostés, en el archipiélago melanesio de Vanuatu.
Sin embargo hay otros que dicen que el deporte que se practica en los puentes, procede de algunos estudiantes británicos que competían buscando emociones, lanzándose al aire atados a gomas elásticas y con el objetivo de acercarse lo máximo posible al suelo.
Franceses, británicos y estadounidenses se disputan el mérito de haber inventado el puenting.
Otros afirman que surgió como entrenamiento de los escaladores, que les servía para acostumbrarse a las caídas que pueden producirse cuando se escala.
El puenting
La propia palabra nos habla de movimiento y de puentes. El salto en sí consiste en un gran balanceo, sujetos al puente mediante un arnés y una cuerda. Se salta desde un lado del puente, mientras que la cuerda se encuentra anclada en el otro.
La sensación es muy intensa, aunque breve, por lo que más que un deporte se trata de una experiencia, apta para casi todo el mundo.
El salto en puenting
No se trata más que de eso, de un salto.
No necesitamos saber nada especial y lo único que precisaremos será de la voluntad, el valor y la decisión necesarios para soltarnos de la barandilla y arrojarnos al vacío.
El salto por lo tanto es una cuestión muy personal.
El salto más habitual para los que comienzan se realiza de espaldas al vacío, en cuclillas desde lo alto de la barandilla o agarrados a ella hasta el último momento.
En el segundo salto ya se suele buscar algo más de emoción y se puede saltar de cara, más emocionante porque veremos el suelo.
El equipo
El equipo necesario para la práctica de estos deportes es el mismo que se emplea en escalada, con la diferencia del bungee, que además incluye la goma elástica y unas sujecciones para los pies.
Este material se encuentra en tiendas especializadas y solo debe adquirirse en estos lugares, ya que garantizan que el material cumple las normas de seguridad pertinentes.
Esta actividad es una de las que ofrecemos en nuestro catalogo, y antes de ofrecerlo lo probamos personalmente... impresionante la sensación y la descarga de adrenalina.
ResponderEliminar