
Concretamente, el 4-metilimidazol es una sustancia química que sirve para dotar al líquido de su clásico color caramelo. Su presencia no se limita, sin embargo, a Coca-Cola y Pepsi, ya que, al igual que en estas bebidas, se produce de forma natural en la cocción o asado de algunos alimentos.
Pese al cambio en la legislación californiana, la Administración de Alimentos y Fármacos de EE UU (FDA) ha apelado a la tranquilidad: «Las bebidas no son peligrosas en absoluto. Lo que ha ocurrido en California es que quieren introducir una advertencia por la presencia de este ingrediente tras un estudio que ha vinculado el 4-metilimidazol con el cáncer en ratas, pero cuyos resultados no serían aplicables a los humanos». La agencia apunta que sería necesario consumir hasta mil latas diarias durante dos años de estos refrescos para ingerir la misma cantidad que se administró a los roedores.

Diana Garza-Ciarlante, representante de Coca-Cola, en declaraciones a la agencia Associated Press, aseguró que la compañía estadounidense está segura de que «no hay riesgos para la salud pública que justifiquen ningún cambio». Pero aun así ha pedido a sus proveedores que lo eliminen «para que nuestros productos no sean objeto de este tipo de advertencias».
Un secreto bien guardado
En un comunicado emitido a través de su web, Coca-Cola también apuntó que su bebida seguirá siendo la misma de siempre y no variará la receta que mantiene secreta desde que el farmacéutico John Pemberton la elaborara hace 125 años: «El colorante de caramelo de todos nuestros productos es, y siempre será, seguro. La compañía no cambiará su mundialmente famosa fórmula. Durante años Coca-Cola ha ido mejorando su proceso de producción, pero nunca ha alterado su fórmula secreta».
La propuesta para eliminar el 4-metilimidazol de la cadena alimentaria surgió del Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI) de Estados Unidos. Sus técnicos han señalado que «la reacción del azúcar con el amonio provoca una generación de numerosos compuestos. Dos de estos compuestos son el 2-metilimidazol y el 4-metilimidazol. Estudios gubernamentales han probado que ambos provocan cáncer de pulmón, hígado y tumores de tiroides en animales de laboratorio». En base a estos estudios, la FDA decidió establecer en 16 microgramos el consumo recomendado diario de este compuesto.

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