
Esta superstición está muy arraigada en Grecia, España y países de América Latina y su orígenes los encontramos en el martes 29 de mayo de 1453, fecha en que la ciudad de Constantinopla caería frente al ejercito otomano considerada una cultura pagana, lo que marcaría a su vez, el fin de la Edad Media y del Imperio Romano en Oriente, algunos pensaron incluso que sería el fin del cristianismo.
Por otro lado, el martes está dedicado a Marte, dios romano de la guerra (o Ares, en la mitología griega), que representaba además la destrucción y la violencia.
Al igual que con el temor al viernes 13 y todo lo relacionado con el número 13,

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