La montaña rusa es una comedia romántica sobre el sexo, el amor y sus muchas y complicadas combinaciones. Tres amiguitos de la infancia que vuelven a encontrarse muchos años después: una mujer y dos hombres. Un triángulo: en un vértice, el sexo; en otro, el amor; y en medio… nuestra protagonista hecha un lío.
CríticaPelícula de amor casi porno.
Los clichés existen y suelen ser verdad. Y, además, hay gente que se empeña en que no desaparezcan. Por ejemplo: en el cine español siempre tiene que haber alguna escena de sexo. Pues Emilio Martínez Lázaro no va a ser quien rompa con esa regla. Su última película, “La montaña rusa”, es una mezcla entre película porno y cotilleo entre amigas. No representa nada novedoso, ni interesante ni atractivo. Podría no haber existido y nadie la hubiese necesitado.
Ada (Verónica Sánchez), Luis (Alberto San Juan) y Lorenzo (Ernesto Alterio) son tres compañeros del colegio que se reencuentran años más tarde. Ada y Luis comienzan a salir, pero Ada todavía está buscando ese hombre que le haga sentir que el sexo es mejor que la sensación de montar en la montaña rusa. Sus dudas se desaparecen cuando se lía con Lorenzo. Una triángulo amoroso que gira alrededor del sexo.
Emilio Martínez Lázaro (“El otro lado de la cama”) escribe el guión de esta historia junto a Daniela Fejermán (“Semén, una historia de amor”). Hay comedia, amor, sexo, pero nada que resulte mínimamente interesante. Quién no ha oído nunca una historia de infidelidad. Esta lo es, pero con el añadido de plantear el tema de lo que significa el sexo para las mujeres. La protagonista, Ada (Verónica Sánchez), siendo niña no cree que tener relaciones con un hombre sea mejor que montar en la montaña rusa. Es una mujer que no ha encontrado a la pareja que consiga hacerla disfrutar. Típico esquema de personaje que se lanza a actuar sin pensar en las consecuencias y que luego prefiere echar balones fuera. Por el contrario, el tándem Alberto San Juan y Ernesto Alterio consigue sacar más de una sonrisa. Sobre todo el segundo, con esa facilidad para hacer los mismos gestos en todas las películas y que la gente acabe riéndose.
'La montaña rusa' - Tráiler por elseptimoarte
CríticaPelícula de amor casi porno.
Los clichés existen y suelen ser verdad. Y, además, hay gente que se empeña en que no desaparezcan. Por ejemplo: en el cine español siempre tiene que haber alguna escena de sexo. Pues Emilio Martínez Lázaro no va a ser quien rompa con esa regla. Su última película, “La montaña rusa”, es una mezcla entre película porno y cotilleo entre amigas. No representa nada novedoso, ni interesante ni atractivo. Podría no haber existido y nadie la hubiese necesitado.
Ada (Verónica Sánchez), Luis (Alberto San Juan) y Lorenzo (Ernesto Alterio) son tres compañeros del colegio que se reencuentran años más tarde. Ada y Luis comienzan a salir, pero Ada todavía está buscando ese hombre que le haga sentir que el sexo es mejor que la sensación de montar en la montaña rusa. Sus dudas se desaparecen cuando se lía con Lorenzo. Una triángulo amoroso que gira alrededor del sexo.
Emilio Martínez Lázaro (“El otro lado de la cama”) escribe el guión de esta historia junto a Daniela Fejermán (“Semén, una historia de amor”). Hay comedia, amor, sexo, pero nada que resulte mínimamente interesante. Quién no ha oído nunca una historia de infidelidad. Esta lo es, pero con el añadido de plantear el tema de lo que significa el sexo para las mujeres. La protagonista, Ada (Verónica Sánchez), siendo niña no cree que tener relaciones con un hombre sea mejor que montar en la montaña rusa. Es una mujer que no ha encontrado a la pareja que consiga hacerla disfrutar. Típico esquema de personaje que se lanza a actuar sin pensar en las consecuencias y que luego prefiere echar balones fuera. Por el contrario, el tándem Alberto San Juan y Ernesto Alterio consigue sacar más de una sonrisa. Sobre todo el segundo, con esa facilidad para hacer los mismos gestos en todas las películas y que la gente acabe riéndose.
'La montaña rusa' - Tráiler por elseptimoarte
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