En el anuncio vemos al divo inglés en los que probablemente sean sus últimos escarceos por la ciudad de Los Angeles -recientemente ha fichado por el París Saint Germain)-.
Las aventuras de David en este spot comienzan cuando el todoterreno que va a trasladar a "sus hijos" al cole, se lleva también su albornoz que se había quedado enganchado al Range Rover (coche inglés, todo está cuidado al detalle), dejándolo en paños menores, justo en el momento en el que la puerta de su lujosa casa se cierra.
En su intento por recuperar el albornoz, al que parece tenerle más aprecio que a su camiseta de tirantes (también la pierde por el camino) y a su dignidad, DB empieza a correr persiguiendo al coche, mientras salta de casa en casa esquivando perros, se da un baño en una piscina y por supuesto, deja patente su exquisito toque de balón.
Eso hasta que se topa de lleno con bus turístico, de esos que hacen la ruta por las mansiones de las estrellas en Beverly Hills, repleto de fans con cámaras de fotos, lo que le hace replantearse por un momento que quizás el numerito que está dando no sea tan buena idea, o sí. Es posible que centrados en otros asuntos, muchos de vosotros no os hayáis dado cuenta que a lo largo de los más de 90 segundos del anuncio suena una canción. La persecución de Beckham está genialmente acompañada por el "Don't Stop (Color On The Walls)" de Foster The People, cuarto corte de su álbum de 2010, Torches.
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