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El desamor

El desamor se instaura en la pareja debido a diversos factores: rutina, egoísmo, incomunicación, decepción, entre otros. El diálogo es el principal antídoto contra el desamor.
El desamor en la pareja es una situación que puede darse dentro de una relación cuando se acaban las emociones positivas ante la presencia del otro, cuando se pierde la comunicación y el interés que son sustituidos por la rutina.
Uno de los primeros síntomas del desamor es encontrarse frente a la persona amada y sentirla como extraña, no conseguir recordar porqué se está en esa relación. Comienza con una pérdida de interés por el otro y culmina con un desinterés absoluto.
Otro de los síntomas de alarma es la carencia de deseo sexual por el otro. La falta de interés puede estar ocasionada por diversas razones, estrés, preocupación por uno mismo, incomodidad con la presencia del otro, falta de deseos de comunicarse.
Lo más saludable es conversar sobre el tema, esto nos puede conducir a averiguar la causa o dilucidar si se trata de desamor o simplemente es la rutina y el aburrimiento que nos quitan las ganas de compartir. Puede ocurrir que al hablar del tema podamos darnos cuenta si existe una solución posible.
Las fases del desamor:
Cuando se percibe el desamor, pueden experimentarse sentimientos de compasión por el otro, al cual se intenta compensar con actitudes ficticias provocadas por la culpa. Esto constituye la fase masoquista del desamor, donde se realiza el duelo por la pérdida de la pasión y para compensarlo se asumen todas las culpas.
El desamor se vive como un duelo por la pérdida del amor hacia el otro. Estos intentos de compensación iniciales se convierten finalmente en un rechazo por el otro, cuando se advierte que se trata de una realidad innegable.
A pesar de asumir el desamor, es corriente que se desee continuar la relación por costumbre. Es preciso afrontar la realidad y separarse, convirtiendo la relación en una amistad, que prolongarla y convertirla en una agonía donde se llegue a odiar al otro.
El desamor suele ocurrir a uno solo de los miembros de la pareja, con lo cual el sufrimiento se ve aumentado. Resulta un momento de duelo y pérdida para ambos miembros de la pareja. 
Cuando se logra afrontar esta fase sin resistencias, pueden evitarse muchos sufrimientos ante la separación inevitable.
Ante cualquier situación de falta de alegría o interés por la presencia del otro es aconsejable comunicarlo al otro y buscar una explicación. 
Tal vez esto permita que el otro logre despertar nuevamente el interés, ya que esto es parte del desamor.
Una manera de detectar precozmente el desamor es realizando chequeos, verificando si se mantiene el deseo sexual, el interés por sus mensajes cuando se comunica, el interés en el bienestar del otro, si se mantiene la tendencia a cuidar al otro, el respeto por sus costumbres y gustos. 
 Si se detecta una falla en alguno de estos aspectos, se hace necesario un diálogo y buscar si existe una forma de salvar la relación.
Cuando llega el desamor, se pierden las ganas de compartir, de construir, de acercarse a la relación, de realizar proyectos, de divertirse y reír, de cuidarse mutuamente, de disfrutar del sexo.
Es un momento muy triste para la pareja donde se instala un sentimiento de pérdida y los miembros de la misma experimentan un duelo interior. Este duelo se puede elaborar correctamente, mientras que no se oponga resistencia a lo inevitable.
Una separación temporal puede ayudar en caso de dudas. Si se experimenta la falta de la persona amada, se desea tenerla cerca, conocer cómo se siente, etc., entonces hay esperanzas para la relación.
Causas del desamor:
Entre las diversas causas del desamor existen algunas que poseen mayor relevancia.
La decepción: se presenta con la convivencia y se debe al descubrimiento de aspectos que antes no se conocían de la pareja y que se contradicen con las expectativas generadas.
Egoísmo: surge cuando la relación de amor no es verdadera y generosa, se espera recibir a cambio de lo que se da.
Autoengaño: cuando se cree que es posible cambiar al otro para que se amolde a las expectativas personales.
Incomunicación: cuando la comunicación no se da entre la pareja se generan malos entendidos y resentimientos que se van acumulando y terminan minando la confianza mutua. El diálogo y la sinceridad permiten zanjar cualquier situación.
Rutina: cuando se instala la rutina, la relación pierde interés y se va diluyendo. Es necesario trabajar diariamente para mantener la relación y el interés.
 

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