CALASPARRA
Calasparra es un municipio de algo más de 12.000 habitantes, perteneciente a la Comarca del Noroeste. Limita al Oeste con el término municipal de Moratalla, al Este con el de Cieza, al Sur con los municipios de Cehegín y Mula, y al Norte con la provincia de Albacete.
Cuenta con una gran variedad de espacios naturales y paisajes dignos de mención, como el Cañón de Almadenes, gracias a su emplazamiento y a su privilegiada situación geográfica, ubicado en la concurrencia de los cauces fluviales de los ríos Segura, Argos y Quípar.
Íberos, romanos, árabes y cristianos han dejado una profunda e imborrable huella en la historia de Calasparra, que, gracias a ellos, cuenta con un rico legado arqueológico y artístico monumental, en el que destacan las pinturas rupestres del Abrigo del Pozo, el yacimiento de Villa Vieja, el castillo de San Juan o el Palacio de la Encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén.
El municipio perteneció a esta Orden desde que en 1289 recibió la donación de Sancho IV, hijo de Alfonso X El Sabio, hasta mediados del siglo XIX, entre 1836 y 1841.
Como lugar de interés por excelencia no podemos olvidar el Santuario de la Esperanza, patrona de Calasparra.
La ermita se encuentra en una grieta natural, de cuyo techo de piedra emana un venero de agua.
El motor de la economía de Calasparra es la agricultura, y en ella destaca el cultivo del arroz, producto por excelencia de la zona, que posee Denominación de Origen desde 1982.
En los últimos años, como en toda la comarca, se fomenta el turismo rural, aprovechando su medio natural.
Las fiestas patronales en honor a los Santos Mártires San Abdón y San Senén se celebran los últimos días de julio y con mayor o menor éxito desde el siglo XVI.
En septiembre, se celebra la Feria, y en ella se encuadran los festivales de flamenco y folclore, la feria taurina del arroz, los recuperados Encierros y la romería al Santuario de la Esperanza.
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